Hoy quiero hablaros de algo que seguro habéis visto mil veces en Instagram o TikTok: el yoga facial. Es esa técnica que muchas influencers y gurús del skincare aseguran que ayuda a tonificar el rostro, prevenir arrugas y mantener la piel firme sin necesidad de cirugía ni tratamientos invasivos. Pero… ¿funciona de verdad o es solo una moda más?, ¿Es realmente un mito o una realidad?

¿Qué es el yoga facial? 🧘‍♀️

El yoga facial es una serie de ejercicios y masajes musculares que se aplican específicamente a los músculos del rostro, el cuello y, en algunos casos, el escote. Su objetivo es estimular la circulación, tonificar los músculos, oxigenar la piel y reducir la tensión facial acumulada.

A diferencia de otros tratamientos cosméticos, esta técnica no necesita productos ni aparatos: solo tus manos y un poco de constancia. Algunos lo llaman el “lifting natural” porque, con la práctica continua, puede aportar una apariencia más firme, definida y rejuvenecida.

¿En qué se basa? ¿Tiene fundamento científico?

Aunque todavía se necesita más investigación científica profunda, hay estudios prometedores. Uno de los más citados es el de la Universidad Northwestern (2018), que demostró que las mujeres de entre 40 y 65 años que realizaron yoga facial 30 minutos al día durante 20 semanas mostraron una mejora visible en la plenitud de las mejillas superiores y una apariencia más joven general (con una media de 3 años menos, según dermatólogos evaluadores).

Esto se debe a que los musculitos del rostro también se pueden entrenar. Al igual que los del cuerpo, cuando se tonifican, ayudan a levantar la piel que los recubre. Y al trabajar áreas como mejillas, mandíbula o frente, se puede lograr una apariencia más definida y prevenir la flacidez prematura.

¿Qué beneficios tiene el yoga facial?

Si se practica con regularidad y de forma correcta, puede ofrecer muchos beneficios:

  • Tonificación muscular facial: activa músculos que normalmente no usamos.
  • Estimula la circulación sanguínea: más oxígeno = piel más luminosa.
  • Drena líquidos: ayuda a combatir la hinchazón y las bolsas.
  • Reduce la tensión facial: relaja músculos que usamos sin darnos cuenta, como al fruncir el ceño o apretar la mandíbula.
  • Mejora la absorción de productos si se combina con masajes.

Además, tiene un beneficio extra que no siempre se menciona: es un momento de autocuidado y mindfulness, que nos ayuda a relajarnos, conectar con nosotras mismas y sentirnos bien por dentro y por fuera.

¿Qué ejercicios existen?

Aquí te comparto algunos básicos que puedes empezar a probar (¡con las manos bien limpias!):

🔹 Levantamiento de pómulos: Sonríe sin mostrar los dientes, presiona ligeramente las mejillas con los dedos y empuja hacia arriba. Mantén 10 segundos.

🔹 Elevación de cejas: Coloca los dedos sobre las cejas y empuja hacia abajo mientras intentas levantar las cejas. Hazlo 10 veces.

🔹 Lifting natural del cuello: Inclina la cabeza hacia atrás, lleva el labio inferior sobre el superior y mantén durante 10 segundos.

🔹 Masaje drenante: Desliza los dedos desde el centro del rostro hacia fuera, especialmente por la línea de la mandíbula, pómulos y frente.

Hay apps y vídeos que pueden ayudarte a seguir rutinas guiadas si estás empezando, como “FaceYoga” o “Glowinface”.

¿Y los resultados? ¿Son reales o placebo?

Aquí viene lo interesante: no es magia, pero sí es eficaz si eres constante. No vas a ver resultados en 3 días, pero si te comprometes a hacerlo todos los días entre 10 y 30 minutos, puedes notar:

  • Una piel más oxigenada.
  • Menos líneas de expresión finas (sobre todo en la frente y comisuras).
  • Mejores contornos faciales.
  • Menos hinchazón por retención de líquidos.

Eso sí, no sustituye una buena rutina de cuidado facial, una alimentación equilibrada y el uso de protección solar. Es un complemento ideal, pero no hace milagros por sí solo.

¿Puede cualquier persona practicar yoga facial?

En general, sí. Pero hay algunas excepciones:

🚫 Si tienes lesiones recientes, acné inflamatorio severo, o cirugías faciales recientes, es mejor consultarlo con tu dermatólogo antes.

✅ Si tu piel está sana y no hay contraindicaciones, puedes empezar con rutinas suaves, ir aprendiendo la técnica y adaptarla a tu rostro.

Tip extra: Puedes usar unas gotas de aceite facial (como aceite de jojoba o escualano) para evitar tirantez y facilitar el masaje. ¡Y siempre, siempre con las manos limpias!

El yoga facial está lejos de ser solo una moda. Aunque está en auge gracias a las redes, tiene fundamentos reales y cada vez más profesionales de la estética lo están incluyendo como parte de programas de cuidado facial holístico. ¿El truco? Constancia, buena técnica y combinarlo con hábitos saludables.

No necesitas gastarte un dineral ni someterte a tratamientos invasivos para mimar tu piel. Solo unos minutos al día contigo misma, frente al espejo, respirando, conectando con tu rostro… y disfrutando del proceso

¿Ya has probado el yoga facial o te animas a empezar? Cuéntame en comentarios y compartimos tips 💬💕 ¡Nos vemos en el próximo post, bellezas!

Referencias

  • Alam, M. et al. (2018). Association of Facial Exercise With the Appearance of Aging. JAMA Dermatology.
  • International Association of Facial Exercise Therapists.
  • Glowinface, método de yoga facial profesional.
  • American Academy of Dermatology.
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